sábado, 28 de febrero de 2009

todavía.

Aún es difícil tratar de no aferrarse a todas esas cosas que planeamos juntos.
Es difícil pensar que no seré con quien compartas tu vida, tu felicidad, tus momentos difíciles.
Me parece increíble que todo eso que construimos simplemente ya no esta... ya no hay más.
Pero en mi mente... en mis recuerdos... en mi amor por ti; todavía está... y está tan fuerte...
No se que pasará en el futuro pero dentro de todas esas cosas a las que me aferro, todavía esta el deseo, la ilusión y tal ves hasta la esperanza de que estaremos juntos... es tonto y quizás hasta imposible, porque las probabilidades de que encuentres a alguien muchísimo mejor son tan grandes, pero eso me da cierta tranquilidad… tranquilidad que necesito para querer seguir adelante... porque después de haber estado tanto tiempo contigo, después de que seas tú mi prioridad, mis ganas de seguir, mi TODO... es doloroso, es difícil aceptar, que ya no hay un nosotros (aunque quizás en un futuro)

Y ahí están otra vez mis ganas de no querer dejarte ir... o por lo menos no del todo y de seguir aferrándome a ti... o por lo menos a tu recuerdo.

Todo esto podría confirmar una vez más que los cuentos de hadas, así como los finales felices, NO existen.
Aunque al estar contigo yo creía que era así...
Creía que esto era diferente... que nosotros éramos distintos a todos los que nos rodeaban.
Creía que el amor que sentíamos era suficiente para superarlo todo…
Y me encantaría creer en esto todavía (y en el fondo lo hago)
Y quizás es más común de lo que imaginaba eso de estar tan jodidamente prendida a un recuerdo, a un amor.
Y al parecer no soy la única loca que pasa por esto...
Y al parecer todo pasa.
Y al parecer voy a estar bien.
Pero TODAVÍA no.

martes, 24 de febrero de 2009

ya que más da..

Cómo toda esa careta que construimos a nuestro alrededor se vino abajo tan fácilmente…
Esa careta a la que atribuíamos tamaña fortaleza, tan increíble e incorrompible felicidad, esa que todos miraban con cierta admiración, no es más que un simple disfraz.
Un disfraz admirable por fuera, pero tan putrefacto por dentro… tan lleno de dolor, heridas sin curar y cosas sin aclarar.
Careta que cada vez se hunde más y más, y descubre todo lo que nuestros ojos ya veían antes pero no querían aceptar, esos se confabularon con los sentimientos y se cegaron a la realidad, inhibieron el sufrimiento y lo cubrieron de una felicidad prefabricada, ‘perfecta’.
Felicidad que en algún momento tuvimos y duró, porque eso es innegable, pero que por ilusiones, descuido y dejadez se fue fugaz.

lunes, 16 de febrero de 2009

carta.

Sí, fui una mierda. Lo sé
No te di todo lo que merecías
No aprecie todas esas cosas que ahora no están y me hacen tanta falta
Pero también debes saber que por todo eso estoy arrepentida y te lo he tratado de demostrar de mil maneras
Perdóname por todo el sufrimiento que te causé, perdóname por no respetar lo nuestro
No quiero pensar que soy así, no quiero pensar que el resto de mis días seré la tipa que dejo algo increíble por una estupidez.
No quiero ser esa de nuevo.

Creo que no lo soy, aprendí, aunque de la forma más dolorosa.
Creo que cometí un error, el peor.
Pero también creo que por eso ya lloré, ya pagué.
Te amo y vales demasiado para mí. Eres la mejor persona que conozco y te lo he dicho, eres el amor de mi vida.
No quiero perder esto.
Me encantaría volver a esos tiempos en los que todo era más sencillo.
Pero la cagué. La cagué y se que esos tiempos no volverán.
Solo.. sería increíble no sé.. ser la que te llene de felicidad, no de problemas.
No quiero complicarte la vida.
Quiero que seas feliz
Quiero hacerte feliz, y eso es algo muy ambicioso, quiero que seas tú quien me haga feliz.
Daría todo por ti, daría todo y más.
No puedo pedir nada, ese es el problema.
Tu orgullo no deja que esto sea diferente y no pido que lo sea porque no lo merezco
Pero también me hace daño sabes? Me duele y mucho
Aunque no lo creas no soy la misma de antes, no es que esté acostumbrada, es que me encantaría volver a sentir que en serio me quieres, que me extrañas.
Si no es así, deberías decirlo. Aunque llore, aunque duela.
Solo no me compares con lo que fui antes,
No me compares con como no me daba cuenta
No me compares con lo insensible que podía llegar a parecer.
Soy la persona menos indicada para decirte esto pero, si yo actuaba así, era por que no quería que me caguen de nuevo, no quise volver a estar mal, sintiéndome de lo peor, sintiéndome una estúpida.
Me cerré en mí, en que algo así no me volvería a pasar.
Por eso hacía como que todo me daba igual, como que nada me afectaba. Pero no, no era así
Ahora los papeles se invirtieron, ahora tú eres quien hace como que no le importa, como que nada te afecta. Hiciste una coraza para que yo no te pueda hacer más daño.
Pero ¿En algún momento daremos igual? ¿En algún momento podremos tener tranquilidad los dos?
La última veces que fuiste lindo conmigo, fue porque fuiste tú quien me cago. Pero eso no duró.
Pensé que ahora sería distinto, pensé que por fiiin podríamos estar tranquilos los dos. Pero no.
Nunca te lo volví a mencionar, no vale la pena. Yo siempre voy a perder.
Pero quiero estar contigo, ser feliz contigo.
Te amo, pero quiero sentir que tu también
Ahora estoy tan acostumbrada a esperar muy poco de ti, que tienes la capacidad de hacerme la más feliz con el gesto más ínfimo.
Te amo, quiero estar contigo, quiero hacerte feliz, quiero que esto dure, quiero que me beses, que me abraces, que me digas te quiero, quiero que seas mi novio pero también mi mejor amigo.
¿Qué quieres tú?

viernes, 6 de febrero de 2009

Una y otra vez.



- ¿Entonces qué es lo que quieres… terminar?
- Yo no lo voy a decir…
- Bueno entonces no digas nada. Aquí queda.
(no dijo nada)


Entré al salón y luego de un rato él también.

Al llegar a mi casa desaparecí todo lo que pudiera hacerme recordarlo (luego de mucho tiempo lo saqué y se todo quedo ahí hasta ahora). Mientras metía todo en una caja, lloraba y me decía a mi misma que no iba a soportarlo más; juré que desde ese día todos mis esfuerzos se centrarían en olvidarlo.

Esa noche era el cumpleaños de una amiga y todos fuimos a bailar.
Como era de esperarse él también estaba ahí. Pasaron un par de horas pero ni me saludó. Tenía ganas de mandarlo a donde sea y desaparecerme de su vida. Después de algunos tragos todo era más claro, yo iba a estar bien y él… él podía irse a…


- Hola
(volteé y Mateo estaba ahí mirándome)
- Hola
- ¿Cómo estas?
- Bien -y dirigiéndome a Claudia dije- ¿Kla me acompañas a la barra?
- Sí vamos.


No quería hablarle, por eso me fui a otro lugar.
Bailé un rato y me sentí bien por como lo había tratado, después de todo fue su culpa que termináramos.

Regresé a donde estaban todos y me habló de nuevo.

- Oye…
- Que quieres -dije de mala gana-
- ¿Podemos hablar?
- ¿De qué?
- ¿Qué te pasa Ariana? ¿Por qué estas así conmigo?
- Ja. ¿Por qué crees?
- Yo sé…
- ¿Entonces…?
- De eso te quiero hablar… discúlpame, fui un imbécil.
- Sí, fuiste un imbécil. Pero no pienso volver contigo.
- Ariana por favor, discúlpame… en serio.
- Ya, está bien te disculpo pero igual no voy a volver contigo
- Pero por qué -dijo Mateo mientras se le caían algunas lágrimas-
- Porque me hiciste daño, ¡preferiste defenderla a ella!
- Lo sé, lo sé pero... -dijo apenas terminé de hablar- ..pero estuve pensando y me equivoqué ¡amor... por favor! -se notaba la angustia en sus palabras-
- No Mateo, hoy decidí olvidarme de ti. y ahora sí de una vez por todas... es lo mejor.
(Me besó… y yo no pude evitar besarlo)
- ¿Vez amor? Todo es perfecto cuando nos besamos.
- Pero... -no sabía que decirle- en serio ya no puedo estar contigo. NO puedo
- No Ari, no digas eso
- No puedo Mateo -dije bajando la mirada-
- Mírame... amor, mírame y dime que no puedes -dijo agarrándome la cara suavemente-
- No puedo Mateo, ya no puedo estar contigo -dije mirándolo a los ojos-


Pude ver como las lágrimas caían por su rostro, me di media vuelta y yendo hacia el baño empecé a llorar.
Al salir del baño, tratando de controlar un poco el llanto, vi que los vips sacaban a algunos de mis amigos de la discoteca. Le avisé a mis amigas y junto con el resto de chicos, salimos a ver que pasaba.

Preguntamos y nos dijeron que había habido un problema entre nuestros amigos, entre ellos Mateo, y otros chicos que estaban en la discoteca.

Lo primero que hice fue buscarlo y le dije que no siga buscando más problemas, que no quería que le pase nada.

- No me va a pasar nada Ari -dijo sonriéndome-
- Pero déjate de tonterías pues amor -no sé porque… pero se me escapó esa palabra-
- ¿Amor? Me gusta cuando me dices así Ari -sonrió y me abrazó-



Una vez más no pude con lo que sentía y volvimos el día siguiente.

domingo, 18 de enero de 2009

Él.

Hace mucho que no se nada de él... y hoy me levante pensando eso.
No pude dormir bien, fue una noche pesada, me desperté en la madrugada y no pude volver a conciliar el sueño. Me hizo recordar esos meses en los que no podía dormir, ni comer, ni estudiar, ni concentrarme en nada. Volví a sentir esa angustia aplastante en el pecho y la intranquilidad de no haber hecho algo a tiempo.
Abrí los ojos y vi ese peluche que me dio... miré a mi alrededor y me di cuenta de que muchas de las cosas a las que estoy tan acostumbrada, me hacían recordarlo. No pensaba en él... bueno, pensaba que no me importaba más, que ya había dejado atrás todo ese enredo en el que habíamos vivido tanto tiempo pero ahora no puedo dejar de pensar si estará bien… ¿Será feliz?
Ahora que lo pienso, yo SI fui muy feliz a su lado, pero tú sabes… las cosas se deterioran si no las sabes cuidar y creo que ninguno de los dos lo supimos hacer.
Aunque él fue quien me hirió primero, yo no supe manejarlo, (tengo que admitir que exageré) y el despecho se apoderó de mí, de mis sentidos, de mi cordura.

Pensándolo bien, ahora que las cosas están tan lejanas y claramente calmadas, me doy cuenta de mi estupidez. Lo “perdoné” pero mi orgullo pudo más y bueno creo que no es necesario describir lo que vino después.

Cuando me di cuenta de que lo había perdido, no supe que hacer... quería estar con él, quería que me perdone pero no sabia si era lo correcto… de repente era muy egoísta de mi parte porque merecía ser feliz, merecía a alguien mejor.
Ja… y fue rápido.
Como sea, decidí intentar vivir con eso… intentar recuperarlo, con todo lo que eso implicaba. Su confusión, su desconfianza.

Ahí empezó mi pequeño calvario. Lo primero fue no poder concentrarme, tenía y debía estudiar, pero simplemente no podía. Solo pensaba en él… en que sería lo siguiente que haría para él o que excusa pondría para acercarme, para llamarlo.
Luego mi apetito se esfumó, si comía era porque lo necesitaba, no porque tuviera ganas... es decir, en algunos momentos tenía hambre, pero al ver la comida simplemente no podía. Así hasta mi comida favorita podía parecerme lo más repulsivo. Lo que me llenaba era la angustia.
En algún momento me llegó a gustar sentir hambre… eso de alguna manera podía aplacar el dolor que también tenía en el pecho. Casi simultáneamente con eso mi sueño desapareció, cuando por fin me quedaba dormida, era muy tarde y no duraba mucho, me despertaba varias veces durante la madrugada y se me quitaba el sueño por completo a las cinco de la mañana.
Las horas se pasaban tan lentas, no solo en las mañanas sino durante todo el día… esos meses fueron interminables. Yo misma me aislé de nuestros amigos porque sabía que obviamente no aceptaban lo que yo había hecho y creía que ellos mismos no me hablarían.

¿Ya estará despierto?